A pesar de su apariencia y su tamaño, los caballos son animales muy delicados. Uno de sus puntos débiles es su sistema digestivo. Son animales herbívoros, diseñados para alimentarse, sobre todo de hierba. Al ser un alimento poco nutritivo, necesitan ingerir comida constantemente, dedican a ello unas 13 horas diarias. Su estómago es relativamente pequeño, y la mayor parte de la digestión se lleva a cabo en el intestino, donde tienen una serie de microorganismos que forman la flora intestinal (actualmente se denomina biota), que hace posible la absorción del alimento. En la práctica, este sistema digestivo hace que el caballo tenga el instinto de masticar y comer durante el mayor tiempo posible, así que: ¡siempre tienen hambre!
Pero a la vez, cualquier cambio de alimentación, provoca alteraciones de la biota, que pueden producir diarreas, gases, impactaciones etc.
Es muy importante que la alimentación de los caballos se gestione con mucho rigor, y cualquier duda que tengamos, debemos consultarlo con nuestro veterinario o un nutricionista de confianza.
Nunca se debe dar nada de comer a un caballo sin permiso de su dueño, demasiadas veces me he encontrado gente dando comida a mis caballos que están sueltos en los padocks. Cuando les pido que no lo hagan, me miran extrañados, e incluso algunos se enfadan.
Y cuando digo nada, incluyo la hierba. Hay hierbas que son tóxicas para los caballos, ellos no suelen comerlas si pueden elegir, pero si se las damos cortadas, puede que se las coman. Existen muchos caballos con alergias a todo tipo de alimentos. Así que es muy importante que preguntemos al dueño antes de dar algún alimento a un caballo.
Los piensos para caballos se formulan especialmente para ellos. Nunca se debe dar a los caballos piensos de otros animales, como gallinas, vacas etc. porque pueden contener materias primas tóxicas para el caballo, como por ejemplo el trigo.
El azúcar en exceso, tampoco es bueno para el caballo, se puede dar un terroncito de vez en cuando, pero no cada día. La fruta contiene fructosa, tampoco se les debe administrar el grandes cantidades, una manzana o un par de zanahorias al día no le harán daño, pero sin pasarse.
Hay algunos vegetales como el brecol, el repollo, la coliflor y el aguacate, que son indigestos para el caballo y pueden producir gases y alteraciones de la flora intestinal.
Los restos de podas o de recortar el césped de los jardines tampoco se deben suministrar a los caballos, pueden tener plantas tóxicas para el caballo y también pueden fermentar o producir cólicos. Un vecino le echó ramas de rosal a uno de mis caballos sin mi permiso y se le clavó una en el esófago, provocándole un sangrado por la nariz que nos volvimos locos para saber su origen.
En general recomiendo dar a nuestros caballos una alimentación equilibrada especialmente diseñada para él, con el asesoramiento de buenos profesionales, y nada más.
Podéis pedir consejo a Coby Volger, nutricionista de renombre internacional:
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